Si estás buscando algún tratamiento de belleza, es muy probable que hayas escuchado hablar mucho sobre el ácido hialurónico. Queremos contarte todo lo que necesitas saber: para qué sirve y cómo se utiliza.
Qué es el ácido hialurónico
No hay duda de que este elemento se ha convertido en uno de los más solicitados en el mundo de la belleza, y también en la medicina estética. Uno de los principales motivos es porque este compuesto es 100 % natural y ejerce una gran influencia en nuestra piel.
De hecho, está presente en nuestro cuerpo, siendo el encargado de mantener la salud y elasticidad de la piel. La mantiene hidratada pues es capaz de retener grandes cantidades de agua. Se ha comprobado que el envejecimiento surge por una disminución del ácido hialurónico en nuestra piel, razón por la que este complemento natural es tan efectivo en la lucha contra las arrugas y otros signos.
Los hay de varios tipos, como por ejemplo:
Reticulado
Se trata de un ácido hialurónico en el que sus moléculas están entrelazadas entre sí, aportando más solidez y durabilidad. De este modo se protegen de los efectos del envejecimiento. Son ideales para rellenar arrugas o recuperar el volumen facial.
No reticulado
Tiene una formulación química diferente, dejando libres a las moléculas, por lo que no rellenan la zona, sino que absorben el agua para que la piel muestre un mejor aspecto.
Así, por un lado recupera y mantiene la hidratación adecuada, mientras que por otro, estimula la nutrición de las células.
¿Cuándo se usa cada cual? Pues bien, los no reticulados se usan para mesoterapia, pieles deshidratadas y con mal aspecto. Se administra a través de pequeños pinchazos en la dermis, para que capte el agua y junto con otras vitaminas y minerales, regule la función de las células de la piel.
El reticulado se usa para rellenar, ya que su función no es captar agua, sino dar volumen. Ofrece un efecto lifting casi inmediato, siendo muy útil para surcos nasogenianos, arrugas bajo los labios, cuando el perfil mandibular cae, etc.
Ventajas del ácido hialurónico
El ácido hialurónico se ha convertido en un gran aliado en la medicina estética, pues presenta una serie de ventajas frente a la cirugía. Por ejemplo:
- Es más barato. Una sesión con ácido hialurónico no suele sobrepasar los 500 euros.
- Es menos agresivo. No se necesita pasar por quirófano, evitando los riesgos que conlleva.
- Es natural. Gracias a esto, el riesgo de alergias está descartado.
- Es temporal. Los resultados de una operación quirúrgica son irreversibles, a no ser que se haga una nueva que cambie todo de nuevo. Con el ácido hialurónico, si el aspecto conseguido no es el deseado, solo hay que dejar pasar tiempo para que los efectos desaparezcan.
- No tiene contraindicaciones, es decir, 0 riesgos.
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